SENTIDO
DE LA EDUCACIÓN INFANTIL
INTRODUCCIÓN.
Es
un derecho impostergable de la primera infancia, la educación inicial se
constituye en el núcleo central de la atención integral cuyo objetivo es
potenciar el desarrollo integral de las niñas y los niños desde su nacimiento
hasta cumplir los seis años, partiendo del reconocimiento de sus
características y de las particularidades de los contextos en que viven y
favoreciendo interacciones que se generan en ambientes enriquecidos a través de
experiencias pedagógicas y prácticas de cuidado, la educación inicial es la
primera salida del niño de su núcleo familiar, significa una experiencia única,
que puede ser vivida con alegría o no; y que marcará las posteriores etapas de
la escolarización. Siempre supondrá una situación de expectativa, de miedos e
incertidumbre, donde padres y maestros tendrán que trabajar conjuntamente, para
que no se vuelva traumática. La socialización del niño con otros niños, sobre
todo si no tiene hermanos puede implicar aprender a compartir, sentirse
observado, querido o atacado; y solo se puede crecer si todas estas situaciones
poseen la contención necesaria por parte de los adultos.
La
educación infantil no busca como fin último su preparación para la escuela
primaria, sino que les ofrece experiencias retadoras que impulsan su
desarrollo; allí juegan, exploran su medio, se expresan a través del arte y
disfrutan de la literatura.
OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN INICIAL
·
Incentivar
el proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación creadora, las
formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica.
·
Favorecer
el proceso de maduración en el niño/a en lo sensorio-motor, la manifestación
lúdica y estética, la iniciación deportiva y artística, el crecimiento socio afectivo,
y los valores éticos.
·
Estimular
hábitos de integración social, de convivencia grupal, de solidaridad y
cooperación y de conservación del medio ambiente.
·
Fortalecer
la vinculación entre la institución educativa y la familia.
·
Prevenir
y atender las desigualdades físicas, psíquicas y sociales originadas en
diferencias de orden biológico, nutricional, familiar y ambiental mediante
programas especiales y acciones articuladas con otras instituciones
comunitarias.
Que es
la educación inicial.
La educación inicial
considera que las niñas y los niños, en cualquier momento de su desarrollo,
disponen de capacidades diversas que forman el acervo de habilidades,
construcciones y conocimientos con las que se relacionan y comprenden el mundo.
Es así como las niñas y los niños aprenden: en la interacción con los demás,
con el medio que les rodea y consigo mismos. Por eso quienes acompañan
educativamente deben preguntarse quiénes son, qué capacidades poseen, han
desarrollado y pueden desarrollar, para que las acciones pedagógicas tengan una
intención de acuerdo con ello y con lo que propone la educación como finalidad.
El tiempo durante el cual se desarrolla la
enseñanza preescolar es entonces un período sensible que es una "ventana
de oportunidad" en la que el cerebro está mejor y más dispuesto a ciertos
estímulos y en condiciones especiales para aprender. La expansión de la
educación preescolar puede lograr hacer una diferencia crítica y significativa
a lo largo de la vida de los niños de nivel socioeconómico bajo.
Las investigaciones sobre biología del
aprendizaje, han mostrado que el cerebro se presenta altamente adaptativo y
receptivo durante los primeros años de desarrollo, durante los cuales además se
va estableciendo una sintonía más fina con el entorno. Es entonces un tiempo de
crucial importancia en el desarrollo cognitivo de los niños. Durante este
tiempo, el cerebro del niño se presenta especialmente sensible a la entrega de
nuevos contenidos y estímulos, siendo por ejemplo, un tiempo especialmente fructífero
para el aprendizaje de la lengua materna y también de una lengua extranjera.
Sin embargo, no se trata solamente de un desarrollo biológico. El entorno
social y cultural del niño dotará de las experiencias que estimulen o dañen el
desarrollo cerebral de los niños y las niñas.
En éste sentido, el Ministerio de
Educación Nacional plantea un enfoque de educación inicial que se caracteriza
por:
- Ser incluyente, equitativo y solidario, en la
medida en que tiene en cuenta la diversidad étnica, cultural y social de
niños y niñas.
- Considerar que todos ellos, independientemente
del contexto sociocultural en el que crecen, tienen las capacidades para desarrollar
sus competencias si encuentran un ambiente que satisface sus necesidades
básicas de afecto, cuidado y alimentación.
- Ser integral, ya que tiene en cuenta que los
espacios educativos en los que se desarrollan los niños y las niñas
(familia y comunidad), exigen acciones articuladas con los sectores de
salud y protección con el fin de garantizar su desarrollo adecuado.
Para
qué educar en la primera infancia.
La primera infancia es
la etapa más importante de la vida de un ser humano. Múltiples investigaciones
han demostrado que hasta los seis años es cuando hay un mayor desarrollo del
cerebro y se establecen las principales conexiones neuronales. Además comienzan
a adquirirse las habilidades para pensar, hablar, razonar, aprender e
interactuar con otros. Por ello, la educación inicial de calidad es un derecho
que tienen los niños y las niñas a lo largo de esta etapa. Es la garantía de
que puedan alcanzar todo su potencial. Y en este escenario cobran relevancia
factores como: una sana nutrición, relaciones afectuosas, el reconocimiento de
los gustos, intereses, saberes y opiniones, así como la protección frente a las
enfermedades y la posibilidad de crecer en un ambiente sano, pues se sabe que
de éstos depende el progreso en el desarrollo del cerebro, que alcanza su nivel
máximo alrededor de los siete años. Adicionalmente son fundamentales las
prácticas pedagógicas programadas, que tengan en cuenta las particularidades y
singularidades de los niños y niñas y las características del contexto. Cuando estas condiciones se dan, los efectos son
determinantes para el desarrollo presente y para el futuro. Los niños y niñas
que reciben una adecuada atención durante su primera infancia, aumentan sus
oportunidades de ingresar a tiempo a la educación formal, se desempeñan con
mayor éxito a lo largo de sus estudios, mejoran sus posibilidades de acceso a
la educación superior y, finalmente, tienen más capacidades para desenvolverse
competentemente en su vida laboral, mejorando así sus posibilidades económicas
y, por ende, la calidad de vida de su familia y la de su comunidad.
Quiénes
participan en la educación inicial.
Las personas e instituciones responsables de la educación inicial
(padres y madres de familia, cuidadores, docentes e instituciones oficiales)
están obligados a realizar un acompañamiento con intención, pertinente y
oportuno, a partir de los intereses, características y capacidades de los niños
y las niñas. Este acompañamiento implica liderar un cambio cultural que impulse
prácticas pedagógicas basadas en los lenguajes expresivos de los niños como el
juego, el arte y la literatura.
En este marco, el punto de partida fundamental de la educación inicial es el reconocimiento de las potencialidades y capacidades de niños y niñas. Para ello, las personas e instituciones encargadas, cuentan con una herramienta muy valiosa: la observación. A través de ella, podrán reconocer las capacidades y habilidades de los niños y las niñas para enfrentar y descubrir el mundo que los rodea, lo cual les permitirá interactuar con ellos de manera diferente y orientar acciones educativas para impulsar el desarrollo de sus competencias. En este sentido, teniendo en cuenta que el desarrollo de los niños no es igual para todos, es prioritaria la observación y el seguimiento permanentes de sus acciones cotidianas.
A partir de este reconocimiento se propone a los agentes educativos generar "espacios educativos significativos", entendidos como ambientes de aprendizaje estructurados, retadores y generadores de múltiples experiencias, que favorecen en niños y niñas la construcción de nuevos conocimientos y fortalecen las competencias necesarias para enfrentar las demandas crecientes del entorno.
En este sentido, es importante entender que los espacios institucionalizados no son los únicos escenarios de desarrollo de la primera infancia. Hay que recuperar para ellos la cotidianidad en los contextos familiares y comunitarios, ya que potencian el desarrollo de sus competencias.
En este marco, el punto de partida fundamental de la educación inicial es el reconocimiento de las potencialidades y capacidades de niños y niñas. Para ello, las personas e instituciones encargadas, cuentan con una herramienta muy valiosa: la observación. A través de ella, podrán reconocer las capacidades y habilidades de los niños y las niñas para enfrentar y descubrir el mundo que los rodea, lo cual les permitirá interactuar con ellos de manera diferente y orientar acciones educativas para impulsar el desarrollo de sus competencias. En este sentido, teniendo en cuenta que el desarrollo de los niños no es igual para todos, es prioritaria la observación y el seguimiento permanentes de sus acciones cotidianas.
A partir de este reconocimiento se propone a los agentes educativos generar "espacios educativos significativos", entendidos como ambientes de aprendizaje estructurados, retadores y generadores de múltiples experiencias, que favorecen en niños y niñas la construcción de nuevos conocimientos y fortalecen las competencias necesarias para enfrentar las demandas crecientes del entorno.
En este sentido, es importante entender que los espacios institucionalizados no son los únicos escenarios de desarrollo de la primera infancia. Hay que recuperar para ellos la cotidianidad en los contextos familiares y comunitarios, ya que potencian el desarrollo de sus competencias.
Qué
procesos otorgan sentido a la educación inicial.
La base de la educación inicial, son las interacciones que
ocurren en forma natural entre la niña y el niño consigo mismo, con los demás y
son sus entornos. El medio ambiente natural, físico y cultural, los compañeros
o amigos y los adultos ocupan un espacio importante en la vida de las
niñas y niños y contribuyen a su proceso de formación, les permiten aprender
del mundo y sus visiones, y les ayudan a desarrollarse.
La atención, el
cuidado y una educación de buena calidad son factores determinantes para que los
procesos físicos, sociales, emocionales y cognitivos se desenvuelvan
apropiadamente y contribuyan a ampliar las opciones de los niños a lo largo de
su vida. La educación inicial es un proceso permanente y continuo de
interacciones y relaciones sociales de calidad, pertinentes y oportunas, que
posibilitan a los niños potenciar sus capacidades y adquirir competencias en
función de un desarrollo pleno como seres humanos y sujetos de derechos. Como
tal, requiere un cuidado y acompañamiento apropiado del adulto que favorezca su
crecimiento y desarrollo en ambientes de socialización sanos y seguros.
Cuáles
son los espacios en los que acontece la educación inicial.
La educación inicial
ocurre en espacios institucionalizados y no institucionalizados en los que se
desenvuelven las niñas y los niños, a partir de una serie de condiciones que
allí se disponen. Los espacios institucionalizados son los centros de
desarrollo infantil y jardines infantiles, entre otros, y el no
institucionalizado es la modalidad familiar.
La Política Educativa para la Primera Infancia en el marco de
una Atención Integral reconoce que cualquier contexto (sea rural o urbano)
posibilita ricas y variadas experiencias para niños y niñas y que,
independientemente de las condiciones sociales, económicas y culturales, es
posible identificar, rescatar y aprovechar aquellos ambientes que son
favorables para su desarrollo.
Los diálogos entre la madre y el bebé, la resolución de un
problema cotidiano, una situación en la cual participan con la familia y los
juegos con otros, son considerados como "espacios educativos
significativos" en la medida que son ambientes que favorecen el principal
sentido de la educación: el aprendizaje y la promoción del desarrollo integral.
Qué se
enseña y qué se aprende en la educación inicial.
Los contenidos de la
educación inicial tienen que ver con generar oportunidades para jugar,
explorar, experimentar, recrear, leer historias y cuentos, apreciar el arte y
entablar diálogos con otros, con el propósito de promover un desarrollo que
haga de las niñas y los niños seres sensibles, creativos, autónomos,
independientes, críticos, reflexivos y solidarios. Y ello toma en cuenta los
propios ritmos de su desarrollo en cuanto a avances, aprendizajes, intereses,
inquietudes, dificultades, necesidades y potencialidades, es decir, todo
aquello que la niña y el niño es y conoce, para comprenderlo mejor y, con esa
base, promover su desarrollo.
Cuando los niños y las niñas interactúan con el medio que los
rodea, viven experiencias a través de las cuales movilizan capacidades y
conocimientos que les permiten "hacer", para luego "saber
hacer", hasta llegar a "poder hacer". Esta movilización de
recursos (cognitivos, afectivos, físicos y sociales) se denomina competencias y
se van adquiriendo para enfrentar procesos cada vez más complejos en relación
con su desarrollo y contexto. Las competencias adquiridas en la primera
infancia les permiten a los niños y niñas tener un conocimiento de sí mismos,
de su entorno físico y social, estableciendo la base para los aprendizajes
posteriores y para su enriquecimiento personal y social.
Cómo se
organiza el trabajo pedagógico en la educación inicial
En
la educación inicial las estrategias pedagógicas tienen que ser dinámicas,
incluyentes garantes de participación activa de los niños reconocedores y
respetuosos de sus ritmos de desarrollo al tiempo es necesario que sean
coherentes con su intencionalidad de formación propuesta en el proyecto de
desarrollo.
Las estrategias
pedagógicas involucran las acciones de los docentes y las políticas en materia
de educación orientadas a propiciar, en la niña y el niño, un aprendizaje
particular con respecto a su desarrollo integral.
Las estrategias
pedagógicas más cercanas a lo que propone la educación inicial son los
talleres, los proyectos de aula y los rincones de trabajo o de juego. Estas
estrategias se enriquecen a través de la organización de los espacios (por
ejemplo, de las aulas especializadas o de la disposición de los materiales), la
definición de los recursos, el establecimiento de los tiempos (siendo clave que
se responda a los intereses de niñas y niños y se rompan las rutinas que
delimitan los tiempos institucionales, que a veces no están sincronizados con
los tiempos de las niñas y los niños), la definición de los roles que se les
otorguen a las niñas, los niños y sus familias, y la relación con las prácticas
culturales.
CONCLUSIÓN
En Colombia y por cierto, también en el
resto del mundo, importa mucho donde pasa un niño los primeros años de su vida
y por lo mismo la falta de estimulación ya sea de parte de los padres o de
otros agentes educacionales. En este sentido influirán significativamente los
siguientes factores: nivel educacional e ingreso de los padres, infraestructura
disponible en el hogar y nivel de hacinamiento de éste, alimentación y salud
durante los primeros años de vida del niño, prácticas de socialización
temprana, desarrollo lingüístico y tipo de conversaciones en el hogar, entre
otras. Los niños que viven en condiciones de pobreza durante esta etapa de su
desarrollo, tendrán consecuencias negativas para el desarrollo de sus destrezas
cognitivas y es posible que vean disminuidas sus posibilidades de logros de
aprendizaje. La educación preescolar puede ayudar a hacer la diferencia al
suplir las falencias y necesidades que muchos niños presentan. Se ha estimado
que existe una correlación inversa (-0,75) entre la acumulación de riesgos
familiares o del entorno social y los resultados obtenidos
en las áreas de destrezas intelectuales, desempeño escolar y competencia
socio-emocional. Es decir, las familias que presentan peores condiciones y
entorno para los niños son un factor gravitante para los futuros resultados
educacionales de los niños. Leseman ha señalado por un lado, que la educación
informal que se desarrolla en los hogares predice el desarrollo cognitivo y
lenguaje de los niños y su posterior desempeño escolar y por otro lado, que la
pobreza, bajo nivel educacional de los padres y falta de estimulación hacia la
adquisición de aprendizajes influye en una baja preparación para el sistema
escolar formal.
WEBGRAFIA
http://www.colombiaaprende.edu.co/html/familia/1597/articles-341487_doc20.pdf
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